miércoles, diciembre 31, 2008

Un año queda atrás. Permanecerá en la memoria y en la carne. Las experiencias y vivencias que trajo se pegan en tu persona para continuar contigo el nuevo año que viene; y son permanentes, como una cicatriz que simboliza tus guerras y alegrías, tus sueños, encuentros y desencuentros, aventuras, esperanzas, cambios, reelaboraciones, pensamientos...
Algunos años, antes de pedir el último deseo, antes de comer la última uva, te soprendes sonriendo. La expectativa del futuro viene impregnada desde el comienzo por un fondo de tranquilidad y felicidad; las que te ha regalado el año que se va.
A veces te sientes tentado de pedir una repetición: "una vez más, por favor", "otra vez, dámelo otra vez". Y entonces te das cuenta de que, a pesar de saber que te has equivocado en muchas cosas, que has sufrido a veces, que otras perdiste de vista toda dirección..., a pesar de eso, lo has hecho bien.
Recuerdo ahora todas esas cosas, pero me pesan más todas las otras que hacen que, al final, la balanza se equilibre. Personas inolvidables, experiencias renovadoras, decisiones, perspectivas nuevas.
Mucho de esto se lo debo a unos pocos compañeros de viaje. Ellos saben quiénes son; trozos de mí ya no me pertenecen, decidí compartirlos con ellos, y nunca he estado tan conforme en un regalo. Espero haber contribuído a hacer de su año uno en el que en el último segundo se escapa la sonrisa.
Sólo me queda decir: "otra vez, por favor". Pero diferente, como no puede más que ser.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hubo una persona que un día pensó que era tu compañero de viaje, y pensó que esa expresión os pertenecía, y en un momento dudó de ello, y todavía no se repone de esa duda. Y sin embargo, te dedicó un libro entero. Esa persona es el más fiel lector de este blog (adivina quien escribe los sesudos comentarios), pero ya no escribes nada para él, y él no se encuentra en los textos. En realidad, es el más fiel lector de tu vida. Ahora lee que el compañero de viaje no es él, sino ellos. Y piensa: "es triste, y extraña, la discordacia entre quién está ahí, siempre, para leer tus palabras (tus reflexiones, tus abstractas, tus textos...), y para quién son escritas." Pero permanece a tu lado. Te quiere, simplemente. Te ha leído mucho, lo suficiente como para saber que le encanta tu libro (ya te lo dijo: eres su poema favorito), aunque no entienda demasiado estas últimas páginas; aunque le pongan triste los últimos capítulos. Finalmente, sabe que eso es lo que hace un verdadero compañero de viaje, uno que aspira, algún día, antes del "postrero viaje" (como los poetas decían), a poder concerbirse como tu compañero --no de viaje, sino de vida.

Supongo que en eso consiste la difícil transición, tantas veces problematizada, entre Reisegeferht y Lebensgefehrt. Pero de eso (incluído cómo se escriben) sabes tú más que nadie. 1b y feliz año bloggero.

Anónimo dijo...

Hubo una persona que un día pensó que era tu compañero de viaje, y pensó que esa expresión os pertenecía, y en un momento dudó de ello, y todavía no se repone de esa duda. Y sin embargo, te dedicó un libro entero. Esa persona es el más fiel lector de este blog (adivina quien escribe los sesudos comentarios), pero ya no escribes nada para él, y él no se encuentra en los textos. En realidad, es el más fiel lector de tu vida. Ahora lee que el compañero de viaje no es él, sino ellos. Y piensa: "es extraña, la discordacia entre quién está ahí, siempre, para leer tus palabras (tus reflexiones, tus abstractas, tus textos...), y para quién son escritas." Pero permanecerá a tu lado, leyéndote. Porque te ha leído mucho, lo suficiente como para saber que le encanta tu libro (ya te lo dijo: eres su poema favorito), aunque no entienda demasiado estas últimas páginas; aunque le pongan triste los últimos capítulos. Seguirá leyéndote, porque finalmente sabe que eso es lo que hace un verdadero compañero de viaje, uno que aspira, algún día, antes del "postrero viaje" (como los poetas decían), a poder concerbirse como tu compañero --no de viaje, sino de vida.

Supongo que en eso consiste la difícil transición, tantas veces problematizada, entre "Reisegeferht" y "Lebensgefehrt". Pero de eso (incluído cómo se escriben) sabes tú más que nadie. Ahora bien, cabría explorar la relación que estos dos términos tienen con un tercero, el de "compañero de lectura".

1b y feliz año bloggero