lunes, enero 19, 2009

Era un 18 de enero y el sol brillaba alto. Hacía calor, y se andaba por la calle sin abrigo. Si me hubieran preguntado habría dicho que era primavera. Incluso los árboles parecían creer estar recubiertos de flores y bailaban sus ramas en la suave brisa, alegrándose.
Cómo no sonreir un día de esos, cómo no pensar que el mundo es bello, a pesar de todo.
Era enero, pero el mundo se puso de acuerdo para ser primavera. En mi opinión, el mundo se puso de acuerdo para despedir como se merecía a mi abuela.
Adiós...adiós,
te recordaré siempre.