sábado, junio 03, 2006

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-No puede ser, ¿o si?- Marcia se descubrió de repente pensando, dejó de ser por un momento la Marcia de carne y hueso y cayó en la cuenta de ese subconsciente al que normalmente llamamos "Yo". Vió sus pensamientos elaborar una hiriente frase que iba a ir dedicada al camarero que tenía justo en frente y que le había cobrado dos veces de más ya aquella semana. Creyó entrever cómo se agolpaban juntas ideas que tenían que ver con el precio del café al por mayor, de paso algunas relativas al cultivo del cacao y de la hoja de coca, vió barcos transporte cruzar el océano y descargar sus enormes bodegas en algún puerto del norte de Europa, vió hombres musculosos trabajando sin cesar durante horas y grandes grúas que se movían sin tregua de una parte a otra del muelle; vió el trayecto de un trailer hasta la nave insustrial de las afueras de su ciudad, vió paquetes rojos y sobres amarillos en los que imprimían lemas famosos. De repente se acercaron a éstos algunos pensamientos acerca de dónde mandar a la madre del camarero de vacaciones y al mismo tiempo, increíblemente, se le ocurrieron varias ideas acerca de dónde mandar a su propia madre con la que había discutido el martes pasado acerca de la conveniencia de llevar ropa interior de color diferente al blanco; un desastre mayúsculo discutir de ese tema con una católica ortodoxa. Marcia se oyó pensando a sí misma todo esto y también pensando que estaba pensando esto en este mismo momento. Levantó la vista hacia el camarero, plegó la nariz en un gesto muy característico de ella cuando las circunstancias le sobrepasaban, oyó su desesperación agolpándose en forma de imágenes y frases inconexas. Pagó al camarero el precio excesivo que le pedía por el café y salió de allí casi corriendo, aterrorizada, sin saber dónde esconderse de sí misma.

4 comentarios:

terminus dijo...

Despues de un café es fácil esconderse. Se me ocurren varios sitios:

- En un garito especial donde el camarero es un filósofo muy especial.
- En una sierra apartado del ruido
- O en un garito que es todo lo contrario, un barullo de dulce ruido.

Eso sí, previamente tendremos la precaución de haber amordazado a las distintas madres molestas que hubiera alrededor.

Un Besooo

Edu

Chasky dijo...

Si es que a veces sin querer vamos más allá de las cosas que nos acontecen, intentamos buscar las causas de lo que vemos y entonces nos asustamos, de todas formas a veces es más sencillo vivir sin buscar causas ni consecuencias pero hay gente que no puede evitarlo.

Perfecto Cuadrante dijo...

¡Joder!

¡Tenía que haberle pegado un buen golpe al camarero!

Anónimo dijo...

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