-Vamos de botellón.
-Vamos. ¿A qué? ¿ A ponernos haste el c..o?
-No hombre, vamos de botellón.
-¿A molestar a los vecinos?
-No; piensa un poco más anda.
-A ver... ¿a ensuciar la calle?
-No.
-¿A reivindicar algo?
-Puede.
-¿Y el alcohol?
-Un medio, no el fin.
-Entonces...¿vamos al botellón a reivindicar el placer de estar juntos sin más, pasándolo bien, contándonos cosas...?
-Más o menos.
-¿Qué más???
-No sé. Piensa un poco.
P.D: de vuelta del inframundo en el que caí después de la cremá pongo en vuestras manos la solución al diálogo. Yo busco mientras la neurona que he perdido.
3 comentarios:
Por cierto, yo he estado en un montón de botellones pero nunca he visto a ese famoso botellón, que supongo yo que debe ser enorme y con un contenido de alta graduación y de un sabor delicioso. Lo más que he podido ver es dos botellas donde solo había una.
Pero si en fiestas la ciudad entera es un botellón... ;)
Hasta con borrachos tirados en las calles, o al menos eso parecen.
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