Uhmmm, estoy tan cargada de adrenalina que no sé exactamente qué decir. La filosofía, aunque no sirve para nada como podríamos decir que sirve un martillo, sí que tiene, sin embargo, que ser de este mundo, hacer reflexionar sobre este mundo y abrir nuevas perspectivas que puedan conducir a soluciones de mejora de aquello sobre lo que se reflexiona. Si no es escolasticismo, no filosofía. Y qué bien me lo paso dejándoselo claro a los nuevos hijos de los primeros postmodernistas deconstructores, que hicieron su papel y punto, y alrededor de los cuales es un absurdo crear una escuela más allá de las tesis que por suerte o desgracica nos dejaron. Hay que proponer nuevas fórmulas para entender al hombre como es en realidad en su vida cotidiana y las posibilidades que se le presentan, no sumirlo en un pozo negro de angustia. Y los españoles, Ortega, Zubiri, Unamuno, son unos genios al respecto. Si es que...qué burros somos mirando siempre hacia fuera cuando el vecino es un genio.
Por cierto, el mundo es de los colores de una colcha. Lo sabíais?
4 comentarios:
Mi colcha tiene muchos colores igual que el mundo que nos rodea, entonces ¿por qué a veces tenemos que ver todo tan gris cuando estamos rodeado de tantos colores?
No hace falta estudiar filosofía para tener tendencia a filosofar, pero siempre ayuda el conocer otros pensamientos. Nos ayuda no sólo a pensar, sino a crecer :)
El mundo es de colores, solo que a veces lo vemos sólo de unos pocos por las gafas con que miramos la realidad ;)
Yo diría más bien que nuestra borriquería reside sobre todo en complicarnos la existencia por no saber ver lo más sencillo escondido bajo nuestras narices.
Y... o dominas el mundo, o un día de estos te echan, L.
Cara Lo, ni te cuento... que me han dejado ahora un par de libritos de María Zambrano y me tienen anonadada.
abrazos muxos
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